De Mamá a Mamá
Congestión mamaria: ¿qué hacer?
¿Congestión mamaria? Qué no cunda el pánico, es absolutamente normal tener algún grado de congestión en los senos tras el alumbramiento. Recuerda que en este tiempo aumenta el flujo de sangre y se está produciendo la leche materna, y esto va a hacer que tus senos se sientan llenos y pesados. Y sí, es probable que dicha congestión incluso duela y hasta cause fiebre.
La congestión mamaria o también llamada fiebre de la leche puede surgir en la primera semana después de dar a luz. Sin embargo, ten en cuenta que la congestión mamaria también puede darse más adelante en el proceso de lactancia, sobre todo si te saltas una toma o la extracción de leche, es probable que se congestione tu producción. Así que es importante cuidar las sesiones de amamantamiento o extracción.
Pero, ¡calma! En la medida en que empieces a amamantar a tu hijo, va a mejorar esta sensación de congestión mamaria y poco a poco tu cuerpo se va a ir ajustando a la demanda y necesidades del hambriento recién llegado. Lo que sí vale la pena tomar en cuenta es que tus molestias y dolores sean realmente por congestión de la leche y no por mastitis. Así que siempre debes estar platicando acerca de los síntomas con tu médico, recuerda que siempre su opinión y recomendación es la más importante.
¿Cómo puedes tratar y mejorar los síntomas de la congestión mamaria?
Para que no se compliquen las cosas, los consejos son tan sencillos como amamantar a tu bebé con frecuencia, incluso si fuera necesario despertarlo; que el pequeño tome la leche que desee; masajear tú misma tus senos para ayudar a la liberación de la leche durante la sesión de lactancia; después de cada toma poner una compresa fría en tus senos para aliviar la inflamación y el dolor; darse una ducha caliente para relajarse y alternar los dos senos. Sigue estos sencillos consejos y verás como la congestión mamaria desaparecerá poco a poco.