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De Mamá a Mamá

Música: otro vínculo de amor con el bebé

Además de hablarle al pequeño que viene en camino, los estudiosos recomiendan utilizar la música como otra forma de compartirle bienestar. Desde el quinto mes de gestación, el bebé escucha perfectamente, así que ponerle música es, además de un regalo para su alma, una enorme ayuda para su desarrollo.
La música estimula la frecuencia cardíaca del bebé y sus resonancias vibratorias activan las células cerebrales para su mejor desarrollo. Asimismo, escuchar música durante la gestación fortalece la unión entre mamá y bebé, promueve bienestar, concentraciónjavascript:iw_wizard_doFinish() y memoria. Tras estudiar la relación entre el feto y la música, científicos como Michele Clements y Don Campbell -autor de Efecto Mozart- han concluido que las melodías que más relajan a los bebés son las barroca y los sonidos armónicos y agudos de Vivaldi y Mozart. Los estudios revelan que antes de nacer, los bebés prefieren la música suave.
Las composiciones de Mozart, como bien lo ha revelado Campbell, mejoran las conexiones neuronales de los hemisferios derecho e izquierdo de los bebés, gracias a sus simetrías y modelos recurrentes. Estos ritmos, incluso, estimulan la creatividad y la motivación. La música clásica también fortalece los circuitos cerebrales que se utilizan para las matemáticas y refuerza las áreas de razonamiento complejo.
Así las cosas, no existen razones para no incluir la música en el embarazo. Hoy en día inclusive existen audífonos especiales para poner en tu panza y facilitarle al bebé la escucha. Los pequeños escuchan sobre todo las frecuencias más agudas y los instrumentos de cuerda. También escuchan, por ejemplo, más el violonchelo que los violines. Sabemos que siempre vas a querer lo mejor para el bienestar de tu bebé, y si algo tan sencillo como escuchar un poco de música por las tardes va a ser tan benéfico, a darle play.
Ahora, si no eres tan fanática o conocedora de la música clásica no te preocupes, pon música que a ti te guste, que te relaje y te haga sentir feliz, claro, evita aquella que sea muy estruendosa, el objetivo es que el bebé la disfrute, no que la sufra.
Al final, la música se convierte en emociones y las emociones positivas en bienestar… y crecimiento sano. Saca tu reproductor, sube el volumen y ¡a escuchar música con tu bebé!