De Mamá a Mamá
¿Es normal llorar durante el embarazo?
Llorar es tan natural como reír, o como respirar, y más durante la etapa de la ´larga espera´ en que la mamá está más sensible de lo normal. No pasa nada si es de vez en cuando acabas con un par de lágrimas en tu ojos, más bien es sano desahogarse. Sin embargo, tenemos que tener claro que las mujeres embarazadas sí son más propensas a deprimirse, así que vale la pena que prestes atención a tus emociones.
Llora, no pasa nada, pero conviene que le eches un ojo a algunos consejos para prevenir que esas lloradas terminen convirtiéndose en depresión… ¿Cómo evitar esas emociones frágiles? Parece mentira pero primero que todo haciendo actividad física. Así es, el ejercicio hace que aumenten los niveles de serotonina y bajen los de cortisol. Simples ecuaciones químicas. El ejercicio además te mantendrá activa durante el día, y más si sales de casa para esta actividad, te ayudará también a convivir con otras personas que compartirán tus gustos por dicha actividad.
Asimismo, descansar suficiente ayuda a combatir esos ´bajones´ anímicos. Intenta llevar una rutina organizada de descanso, duerme a la misma hora todos los días, en lo posible. Prepara tu habitación para que únicamente sea un lugar de descanso, por ejemplo, no trabajes en tu cama y si te es posible no tengas tele en tu cuarto para que sólo uses tu habitación para dormir. La falta de sueño o bien, no lograr dormir de forma reparadora puede afectar tu estado de ánimo.
Como siempre, “eres lo que comes”. Sí, puedes ayudarte también comiendo de manera saludable: frutas, verduras, agua y proteína. Varios estudios demuestran que alimentarte de forma no balanceada puede afectar directamente tu estado de ánimo. También diciendo no a los quesos sin procesar, los refrescos y embutidos, en general a la comida procesada y con conservadores. Tú opta por lo más sano siempre.
Y no olvides el bendito y maravilloso Omega 3, que viene en el aceite del pescado, este componente especialmente disminuye la posibilidad de una depresión. Consulta ya con tu ginecólogo y nutriólogo para ver si puedes hacerlo parte de tu dieta. ¡Y ríe, ríe todo lo que puedas!